miércoles, 25 de agosto de 2010

VIVIR AL DÍA

El otro día el hijo de una amiga tuvo un accidente. Por suerte hoy está bien, tuvo un par de heridas, pero nada grave.
Pero cuando me enteré del choque se generó en mi interior una especie de revolución.
¡Qué efímera que es la vida! Todo, absolutamente todo, te puede cambiar en apenas unos segundos.
Uno puede ser dueño de su destino, tomar desiciones acerca de cómo querés vivir. Desear, tener sueños e intentar cumplirlos.
Pero también es cierto que hay mucho más allá de uno y sus deseos y energías. Personas y situaciones que son imposibles de manejar y de preveer.
También es verdad que todo depende de las decisiones que tomamos. Tal vez si el auto hubiera tomado otro camino, o salido dos minutos antes no habría habido accidente. No lo sabemos. Pero lo que sí sabemos es que no podemos controlar que "los otros" también tomen sus decisiones, decisiones como: manejar borrachos, robarte y pegarte un tiro si no le gustó lo que le diste, etc.
Por eso me puse a pensar que hay que intentar vivir la vida mejor. Dejando de lado las quejas, los enojos. Uno muchas veces se enfrasca en lo malo, en lo incómodo y no puede ver todo lo lindo que tiene alrededor.
Y volviendo a mi lista de deseos, a la ley de la atracción, creo que voy a empezar a pedir deseos chiquitos, deseos diarios. Deseos como pasarla bien con mis hijos. Tener un buen rato con mi marido, disfrutar de una buena cena entre amigos... Deleitarme mirando un buen cuadro.
No sé... Empezar a disfrutar de lo que tengo, a valorarlo, a cuidarlo, porque no sé cuándo va a ser la última vez que lo pueda disfrutar.

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