lunes, 14 de junio de 2010

CUANDO FUMABA TENÍA MÁS ONDA

Hace casi tres semanas que dejé de fumar. Y reconozco que estoy como loca.
Todo lo que me dicen me hace llorar, me levanto llena de furia, no puedo dejar de gritar y lo peor es que me quiero comer todo.
Yo sé que no fumar es mejor para mi salud, pero la verdad es que me sentía mucho mejor antes.
El otro día, después de gritarles a mis hijos porque me habían sacado de quicio, les pedí disculpas y les dije que estaba nerviosa porque dejé de fumar. Y el más chiquito me contestó. "¿Y por qué no empezás a fumar de nuevo?"...
Y sí, la verdad es que realmente me lo cuestiono.
Estoy todo el día de mal humor, cada vez me estoy pareciendo más a una ballena embarazada y en cualquier momento mi marido y mis hijos me invitan a retirarme del hogar.
Pero calculo que esto pasará y en algún momento me tranquilizaré... Eso espero por el bien de todos.
Y sino, volveré a ser la chimenea feliz que era hace un mes!!!

Y ASÍ SURGIERON LAS TRILLIZAS DE AMIANTO!!

Calculo que seremos tres amigas como cualquier grupete de amigas.
Siempre aceleradas, enfrascadas en nuestras rutinas, que nos llenan de ansiedad, de angustia, de cansancio y por supuesto, de buenos momentos.
Pero siempre hay épocas en la vida en que una se encuentra un poquito más desequilibrada de lo normal.
Y esto es lo que nos pasó a las tres. Coincidimos en un momento de desequilibrio.
Un momento donde nos dimos cuenta que nos levantábamos con más dolor de cintura que el habitual. Que los pantalones nos empezaban a quedar más apretados. Que la rutina nos empezaba a agobiar.
Y allí fue donde decidimos armar este blog catártico en donde pudiéramos expresar por escrito todo esto que nos pasa y acompañarnos en nuestras desventuras y en nuestros logros.
No queremos enseñar nada, ni aconsejar nada. Simplemente nos hicimos un espacio para volcar nuestros sentimientos, frustraciones y aspiraciones.